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Amígdalas

¿Necesitas realmente las amígdalas?

  • Dr. Ignacio Rodríguez
  • Salud

Las amígdalas son uno de los principales mecanismos de defensa del organismo contra los invasores extraños, como las bacterias y los virus. Estos organismos tienen que encontrar las amígdalas en la garganta antes de entrar en el cuerpo.

Sin embargo, tienes otros mecanismos inmunitarios que te ayudan a proteger tu cuerpo. Por lo tanto, incluso sin ellas, puedes llevar una vida sana.

¿Qué hacen realmente las amígdalas?

Cuando la gente dice amígdalas, generalmente se refiere a las masas de tejido linfoide que se encuentran en la parte posterior de la garganta, conocidas como amígdalas palatinas.

Una amígdala palatina protege la garganta a cada lado. Su ubicación estratégica les permite actuar como guardametas. Pueden atrapar a los patógenos infecciosos que intentan entrar en el cuerpo a través de la boca.

Las amígdalas palatinas defienden contra los patógenos que inhalas o tragas. Sin embargo, hay más de un tipo de amígdalas que actúan como guardianes.

Las amígdalas palatinas forman parte de un anillo de estructuras linfoides llamado ANILLO DE WALDEYER en la faringe. El anillo de Waldeyer comprende las amígdalas palatinas, las faríngeas, las tubulares y las linguales.

En conjunto, estas estructuras combaten las infecciones de los microorganismos que intentan entrar en el cuerpo a través de la nariz y la boca.

¿Cómo funcionan?

Las amígdalas actúan como un filtro que impide la entrada de microbios en el organismo. Es uno de los primeros mecanismos de defensa del cuerpo contra los microbios que llegan.

Las amígdalas contienen células inmunitarias de defensa. Cuando los patógenos entran en la boca o la nariz, las células inmunitarias los identifican primero.

A continuación, estas células inmunitarias producen anticuerpos para matar y destruir a los patógenos.

Forman parte de un sistema de fluidos que recorre el cuerpo conocido como sistema linfático.

A través del sistema linfático, el cuerpo elimina las infecciones.

¿Se puede vivir sin ellas?

Puedes vivir sin las amígdalas. No están en la misma categoría que los pulmones o el corazón, por lo que son innecesarias para mantenerte vivo. Son partes esenciales del sistema de defensa de tu cuerpo, pero puedes llevar una vida sana sin ellas.

Sin las amígdalas, las demás defensas inmunitarias del cuerpo entran en acción para ayudarte a combatir las infecciones.

Después de una amigdalectomía, puede haber un mayor riesgo de infecciones respiratorias, inflamación del oído o sinusitis. Sin embargo, el hecho de que te hayan extirpado las amígdalas no significa que estés indefenso.

Tu médico puede darte recomendaciones para reforzar la inmunidad de tu cuerpo.

¿Cuándo hay que extirpar las amígdalas?

Aunque ya no son tan frecuentes como antes, las amigdalectomías siguen siendo una de las intervenciones quirúrgicas más habituales en los niños.

Los médicos realizan alrededor de 530,000 procedimientos de extirpación de amígdalas en niños y adolescentes en los Estados Unidos cada año.

Las amígdalas ayudan a combatir los patógenos, pero pueden resultar problemáticas cuando se infectan.

Las amígdalas infectadas se inflaman, lo que se conoce como amigdalitis, y pueden causar problemas. Las infecciones virales suelen ser la causa de la amigdalitis, pero las infecciones bacterianas también pueden ser responsables.

El dolor de garganta es uno de los síntomas reveladores de la amigdalitis. También puede haber dificultad para tragar, fiebre o mal aliento.

Cuando acudes a la consulta de tu médico y te pide que digas «Ahh» mientras miras a tu boca, suele revisar tus amígdalas.

El médico suele elaborar un plan de tratamiento conservador para la amigdalitis que se adapte a la causa.

Sin embargo, las personas con amigdalitis recurrentes, infecciones de oído repetidas o amígdalas muy hinchadas pueden necesitar que se las extirpen.

Las amígdalas muy inflamadas pueden causar problemas para dormir, ya que obstruyen las vías respiratorias. Por lo tanto, una amigdalectomía puede ayudar a aliviar la apnea del sueño causada por las amígdalas inflamadas.

¿Pueden los helados ayudar a recuperarse de una amigdalectomía?

Si no te han extirpado las amígdalas de niño, probablemente conozcas al menos a una persona que lo haya hecho.

El procedimiento suele ser seguro y los pacientes pueden volver a casa poco después. Los niños suelen sentirse mejor unos días después de la amigdalectomía.

Durante este periodo de recuperación, reciben más atención y pueden comer todo el helado y los sorbetes que quieran para sentirse mejor.

Curiosamente, los estudios demuestran que los alimentos blandos y fríos, como los helados y los popsicles, pueden ayudar a aliviar el dolor posterior a la amigdalectomía.

Por otro lado, la recuperación de la amigdalectomía en los adultos puede llevar un poco más de tiempo, hasta dos semanas. El dolor empeora durante los primeros días, pero disminuye a medida que pasan los días.

Las amígdalas no son del todo inútiles, ya que ayudan a defender el organismo de los invasores patógenos. Sin embargo, gracias a otros componentes del sistema inmunitario, puedes seguir llevando una vida sana sin ellas.

Además, es posible que quieras abastecerte de helado para tu recuperación tras la amigdalectomía.


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Dr. Ignacio Rodríguez

Graduado "Magna Cum Laude" como Especialista en Endodoncia, fundó en el año 2008 el primer Centro Dental de Especialistas en la ciudad de Danlí, Honduras; donde desde hace más de una década, ejerce su práctica privada limitada a la Endodoncia.