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Bajau

Bajau: los «nómadas del mar» que tienen una adaptación genética al buceo

Bajau Laut y su adaptación genética al buceo. La inmersión más profunda registrada por los Bajau del sudeste asiático fue de unos impresionantes 79 metros, y el tiempo más largo que pasaron bajo el agua fue de poco más de tres minutos.

Aunque los Bajau no se sumergen a estas profundidades ni durante tanto tiempo durante su actividad pesquera diaria, pasan hasta el 60% de su vida laboral bajo el agua.

Una investigación publicada en la revista Cell muestra que tienen algunas adaptaciones físicas y genéticas que les ayudan a realizar estas sorprendentes inmersiones.

Parece que, aunque tendemos a considerarnos en la cúspide del mundo natural, la evolución todavía tiene un control sobre algunos grupos de personas. Los está cambiando para que se adapten mejor a su entorno y a su inusual estilo de vida.

Los Bajau Laut han llevado tradicionalmente una vida nómada en casas flotantes, explotando los ricos recursos de los arrecifes de coral y los manglares de la región.

Durante el siglo XX, algunas poblaciones de Bajau se asentaron en la costa, pero siguieron llevando un estilo de vida de subsistencia (trabajando sólo para sobrevivir) basado en sus métodos tradicionales de pesca.

Como el único equipo de buceo del que disponen es un par de gafas de madera y unas pesas de mano, su éxito depende de su capacidad para sumergirse a gran profundidad y aguantar la respiración durante mucho tiempo.

Un equipo internacional de investigadores estudió a los Bajau y descubrió que tenían el bazo mucho más grande que los habitantes de un pueblo vecino, que se dedican principalmente a la agricultura en lugar de a la pesca para alimentarse.

Esto es cierto incluso para los miembros de la comunidad Bajau que no bucean, lo que sugiere que se trata de un rasgo heredado y no de un cambio en los individuos causado por una vida de buceo.

El tamaño del bazo es importante porque es un depósito en el que se almacenan los glóbulos rojos. Durante una inmersión, el bazo se contrae y empuja estos glóbulos rojos adicionales hacia la sangre circulante, aumentando su capacidad de transporte de oxígeno. Esta respuesta también se ha encontrado en mamíferos que bucean, como las focas.

El análisis del ADN reveló otro cambio que resultó ser una de las variaciones genéticas más frecuentes en la población Bajau. Se trataba de un gen que ayuda a controlar los niveles de una hormona llamada T4, producida por la glándula tiroides.

Esta hormona provoca un aumento de la tasa metabólica (la cantidad de energía que el cuerpo puede utilizar en un periodo de tiempo determinado), lo que puede ayudar a combatir los bajos niveles de oxígeno, pero también se asocia a un mayor tamaño del bazo en los ratones.

Otros genes que variaban entre los Bajau más de lo que cabría esperar en la población general estaban asociados a la forma en que el cuerpo responde al buceo.

Uno de estos genes hacía que la sangre se expulsara de las extremidades y de las zonas no esenciales del cuerpo para que el cerebro, el corazón y los pulmones pudieran seguir recibiendo oxígeno.

Todo ello sugiere que la selección natural ha contribuido a moldear a los Bajau para que puedan bucear más profundamente y durante más tiempo.

Otros ejemplos similares a los Bajau

No es la primera vez que se descubren ejemplos de evolución humana continuada entre grupos específicos de personas.

Por ejemplo, la mayoría de las personas de etnia tibetana tienen una mutación que no se encuentra normalmente en las personas de etnia china y que produce más glóbulos rojos para compensar los niveles reducidos de oxígeno en el aire a gran altura.

Otros estudios han demostrado que los grupos de inuit de Groenlandia se han adaptado a las grandes cantidades de grasa que ingieren de tal forma que pueden hacer frente a esta dieta sin que aumente el riesgo de enfermedades cardíacas.

Los autores del estudio sobre los Bajau sugieren que entender sus adaptaciones podría ayudar a la investigación sobre el tratamiento de la hipoxia, que es cuando el tejido corporal no recibe suficiente oxígeno debido a una enfermedad o lesión.

También sería interesante saber si los bajau presentan otros cambios en sus genes similares a los de la mayoría de los tibetanos. Es posible que ambos grupos hayan desarrollado los cambios porque la hipoxia era lo suficientemente común por vivir a mayor altitud o aguantar la respiración bajo el agua como para que tener los genes mutados les diera una ventaja significativa.

Sabemos que las mutaciones que afectan a funciones corporales específicas pueden surgir a veces por separado en personas o grupos no relacionados.

Pero también es posible que, en este caso, dos comunidades muy alejadas entre sí puedan tener mutaciones diferentes con efectos similares en su capacidad para hacer frente a niveles bajos de oxígeno


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Dr. Ignacio Rodríguez

Graduado "Magna Cum Laude" como Especialista en Endodoncia, fundó en el año 2008 el primer Centro Dental de Especialistas en la ciudad de Danlí, Honduras; donde desde hace más de una década, ejerce su práctica privada limitada a la Endodoncia.

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